Neurofeedback se trata de una terapia computarizada para tratar problemas de salud mental, cuya efectividad ha sido comprobada a través de numerosos estudios; una de las aplicaciones clínicas más frecuentes de Neurofeedback es en el tratamiento del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad -TDAH-.

El Trastorno por Déficit de Atención es una condición neuronal que presentan algunos niños y adultos y se caracteriza; principalmente por la dificultad para concentrarse y la hiperactividad. La Asociación Americana de Psiquiatría sitúa en su más alta escala de evidencia científica el uso del Neurofeedback para el tratamiento del TDAH infantil.

De igual manera, Begoña Ereño, psiquiatra infantil del Instituto Burmuin de Bilbao, precisa que “el Neurofeedback es una nueva técnica que se basa en el entrenamiento de la función cerebral; para el tratamiento del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) como una alternativa que no tiene efectos secundarios, no es invasiva y cuya evolución es medible cuantitativamente.

De igual manera, Neurofeedback puede ayudarnos en la recuperación de enfermedades de salud mental como la depresión, la ansiedad, el estrés post-traumático, dislexia; trastornos del sueño, adicciones, Epilepsia, Trastorno del Espectro Autista, entre otros. La efectividad de Neurofeedback perdura en el tiempo ya que una vez el cerebro aprende algo difícilmente lo olvida.

¿Qué hace Neurofeedback en nuestro cerebro?

Antes de comprender como nos ayuda Neurofeedback en la recuperación de problemas de salud mental, es necesario conocer que nuestro cerebro; está formado por millones de neurona, estas se comunican de manera química y eléctrica para que podamos, hablar, pensar, caminar y sentir. Pero cuando esta comunicación es defectuosa, ya sea por factores hereditarios o accidentes, se producen enfermedades como la depresión, ansiedad, TDAH, entre otros.

Neurofeedback le enseña a las neuronas una nueva y mejor manera de comunicarse, pero ¿cómo lo hace?, mediante sensores interconectados al cuero cabelludo del paciente, y a un software especializado, que permite recoger la actividad eléctrica del cerebro.

En simultáneo un programa analiza esta actividad, y devuelve al cerebro esta información para hacer el proceso de autocorrección a través de estímulos audiovisuales -música, películas o juegos de desafío- que se le proyectan al paciente mediante un ordenador. FIN/Prensa Fundic-Danelys Mesa.